lunes, 16 de enero de 2012

Noche de homenaje



 

Esta noticia pertenece a la edición en papel de Diario Córdoba.

FRANCISCO DEL CID 16/01/2012

AL CANTE: Arcángel y 'El Pele'

BAILE: Ana María García y su grupo

GUITARRAS: Miguel Angel Cortés y Antonio de Patrocinio (Hijo)

LUGAR: Caseta Municipal de El Carpio(Córdoba)

Bien mereció la pena en la gélida noche del sábado desplazarse para sumarnos al homenaje que la Peña Cultural Flamenca de El Carpio le ofreció a quien desde hace 35 años potencia con su trabajo la dignificación del arte flamenco. Y es que, como certeramente reconoció un directivo del Centro de Iniciativas Turísticas del Alto Guadalquivir, esta peña se ha convertido en pieza fundamental de la potenciación y divulgación de los valores de la comarca a través de la ingente tarea de su gestor, Francisco Gutierrez Márquez (el homenajeado), figura clave junto con Andrés Carmona del sólido prestigio del que goza. Prueba de ello fueron las considerables muestras de afecto y reconocimiento de distintas personalidades, peñas y amigos que nos dimos cita en el recinto de la amplia Caseta Municipal, que registró un lleno absoluto en el que los nombres de Arcángel y El Pele contribuyeron a enaltecer una inolvidable noche flamenca.

El primero levanta siempre expectación en Córdoba, donde la frecuencia de sus actuaciones es sintomática de su valoración artística. Puede estar más o menos afortunado, como fue el caso de la pasada Gala de Navidad de la Universidad, pero nunca se puede soslayar su talante a prueba de perversas apreciaciones que quieren rizar el rizo. Muy bien en todo, aunque en la seguirilla y en los fandangos de Huelva, de los que es incuestionable heredero de los nombres que han engrandecido este cante, es donde lo vimos con la determinación y la sabiduría de siempre, flanqueado por la inseparable y sutil guitarra de Miguel Angel Cortés.

Y al fin El Pele , irrumpiendo con su habitual inicio caracolero para después ofrecernos la soleá, malagueñas que terminó por abandolaos, seguirillas, alegrías y bulerías. Como siempre, vibrante, apasionado en la entrega arrebatada hasta sus últimas consecuencias, por medio de ese inequívoco instrumento de sonidos negros que es su garganta. Indesmayable ante el reto frecuente de sus numerosas actuaciones. Esperemos que ese santo y seña que es tirarse sin límites al pozo insondable de lo jondo nos siga invitando a creer en él como figura incuestionable de este tiempo. Nos lo reafirmó esta noche, que quiso cerrar por tonás ante la instancia solicitadora del público. Ya la espléndida guitarra de Antonio de Patrocinio (hijo) había cumplido la sacrosanta misión de lo que tiene que ser el toque de acompañamiento. Bien por todos los artistas. La belleza plástica y la depurada técnica de Ana María García, con su baile inicial por alegrías y la soleá del final, clausuraron una noche de arte como reconocimiento a la meritoria labor del presidente de esta peña del Alto Guadalquivir.